Las computadoras personales tradicionalmente han estado un paso atrás de los equipos de alto nivel que entran en la categoría de estaciones de trabajo. Sin embargo, a consecuencia de la economía de mercado que impulsa el desarrollo tecnológico en el ámbito de las computadoras personales, éstas han evolucionado al grado que la tecnología disponible en la categoría de cómputo personal está casi a la par de las estaciones de trabajo, todo ello por un precio accesible, incluso al grado de poder dotar a cada persona de una organización con un equipo propio; la necesidad de las organizaciones de permitir colaboración y compartir información entre sus integrantes también ha incrementado la capacidad tecnológica y reducido el precio de la tecnología de redes locales. Fue, en particular, el incremento en rendimiento y reducción de costo de esta tecnología en redes locales la que permitió la creación, en 1994, de un nuevo tipo de cluster, denominado Beowulf.